martes, 5 de enero de 2010

Tenerife 5; Lazio 3. Copa de la UEFA (1996).

Si a los aficionados del tete les pedímos que nos digan cual ha sido el partido más frenético e inolvidable que recuerdan del Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, la gran mayoría nos diria el partido que hoy nos ocupa. Corría el mes de octubre del año 1996, el Tenerife venía de perder injustamente en Roma, por cero a uno, tras un partido muy completo en el que le anularon de forma errómea un gol legal a Jokanovic. Pero el Tenerife en Europa, era capaz de todo y sucedio lo que nadie podía imaginar. Rival italiano, partido cerrado. Es lo habitual ante equipos maestros en el arte de enfriar los partidos y exprimir al máximo sus rentas, por exiguas que sean. Pero, el Lazio rompió la regla, defendió como un grupo de principiantes y acabó bajo la bota de un Tenerife que firmó un partido para el recuerdo.
Durante la primera parte las noticias se sucedieron con una frecuencia inusitada. Comenzó golpeando el Lazio, pero el Tenerife fue capaz de reaccionar y mantuvo la esperanza entre una afición enfervorizada. El equipo canario tuvo el mérito de saber sobreponerse a la adversidad que siempre supone enfrentarse a un equipo con nombre, prestigio y procedencia italiana. El primer gol rompió todos los esquemas. El checo Nedved agarró un disparo envenenado desde el vértice izquierdo del área de Ojeda, en una posición imposible. El balón se alojó en la red tras sobrevolar la escuadra de la portería isleña.
El Tenerife no perdió el aliento, aunque su voluntarismo se vio ayudado por la fortuna primero y por un error arbitral posteriormente. El primer empate de la intensa noche se produjo tras el saque de una falta y un involuntario cabezazo de Nesta, que introdujo el balón en su portería. Y poco después, llegó el 2-1. Una falta de Felipe a Negro no fue advertida por el árbitro y el balón llegó a Kodro, que fusiló. El árbitro dudó, consultó con el linier, pero finalmente concedió el gol ante la indignación de los visitantes. Pero no acabó ahí el festival. El Lazio se reanimó con un genial pase de Rambaudi que Fuser transformó en el segundo empate. Otro golpe para el Tenerife que, sin embargo, se empecinó con lo que parecía imposible. Antes del descanso, la esperanza volvió al Heliodoro con un gran centro de Chano, el mejor anoche, culminado por un enorme cabezazo de Juanele.
La falta de concentración traicionó a los canarios en los primeros minutos de la reanudación. Casiraghi cogió su caña de pescar y sepultó al Tenerife en el enésimo empate. Pero, para variar, en la jugada siguiente, volvió a cambiar el signo del alocado encuentro. Chano se sacó otra asistencia desde su banda y Jokanovic agarró una nueva esperanza. El Lazio le vio las orejas al lobo e intentó enfriar un partido imposible. No pudo. La agresividad de su rival condujo al quinto y definitivo, en una jugada ensayada que resolvió Juanele.
Al final, el Tenerife se impuso por un cinco goles a tres, lo que supuso el pase del equipo tinerfeño a los Octavos de Final de la Copa de la UEFA por segunda vez en su historia.

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